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Rocas y agua |
Es casi imposible que el agua camine libre hacia arriba, es difícil nadar contracorriente, es inútil vaciar de agua el mar. Es muy complicado hacer oídos sordos a los comentarios negativos que bombardean nuestras razones. A veces, o casi siempre, puede más la gota de agua persistente que la turbulenta riada; esta última pasa, arrastra, cambia de lugar y hasta mueve grandes piedras, pero es incapaz de agujerearlas como hace la tenaz persistencia de la débil gota.
Esos agujeros creados son imposibles de rellenar, la única solución consiste en apartarse de ella, en no dejarla minar... Pero normalmente no sabemos, o no podemos, y la modesta gota nos vence. Nos convence de lo que no pensábamos y nos hace sentir profundos agujeros que, desgraciadamente, van conformando una nueva forma de ser con una personalidad muy alejada de aquella primera que era lisa, llana y carente de las pronunciadas aristas que tanto daño hacen a los que nos rodean.
Con el tiempo he aprendido a separarme de esa maldita gota (no sin profundas heridas), pero no puedo evitar que machaque implacable a las escasas rocas que parecen crecer a mi alrededor, no consigo que no se produzcan aristas que dañen -¡y cómo!- mi forzada redondez.
Prefiero dejarme llevar por la impetuosa corriente, que solo va dándome forma, a estar bajo el mortífero yugo de la gota. Prefiero la torrencial tormenta, de la que se me proteger, a la débil lluvia persistente que moja hasta los más recónditos rincones de mi ser.
Espero de ti amiga roca, que no te dejes herir, que sepas apartarte de la tenaz gota... ¡Espero tanto!. Ya sé que va a ser difícil ser mi compañera de torrente, las aristas pueden hacer mucho daño. Consigue esquivar esa gota y liberarte de la fina lluvia... ¡Ven conmigo!, ¡Déjate arrastrar!. Entonces y sólo entonces, comprobarás cómo la fuerte corriente redondea, pero no hiere, no rompe...
Me hacen falta rocas que me acompañen en el camino, odio el dolor de la soledad... No quiero quedarme con la soledad de mi dolor... Me niego a pensar que sólo haya agua a mi alrededor...
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