martes, 18 de septiembre de 2012

TENGO UN CAMINO



Cientos de fulgurantes luces se despiertan inquietas.

Apagados brillos vuelven a adornar mi horizonte, parecen señalar el camino y me esperan mientras avanzan temerosos de que pueda perder su estela. Les sigo, no se adonde van pero les sigo. Algo me dice que debo recorrer este nuevo sendero que se abre ante mí.  Una casi olvidada sensación empieza a inundarme, las luces brillan con más y más intensidad. Me acerco y avivan el paso, me detengo y me aguardan.

El ritmo de mi corazón se acelera, una sonrisa asoma rebelde a mi rostro mientras mis ojos se pintan de ilusiones lejanas en el tiempo. Tengo un camino, no conozco el destino pero por fin, tengo un camino. Alguien susurra dentro de mí y me dice  que lo importante no es a dónde vas sino por dónde vas…  Las metas siempre son finales asesinos de ilusiones que solo perduran mientras luchas por conseguirlas.

Por fin tengo un camino, camino sin meta y sin retorno pero tengo un camino y lo voy a recorrer…

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